El hambre es un problema que afecta a los más pobres y que merece la atención de todos, principalmente de los políticos, debido a que las cifras son alarmantes. En el mundo más de 300 millones de niños sufren hambre y 18 millones mueren todos los días a causa de la desnutrición crónica.
Quienes llevan la peor parte son aquellas familias agricultoras sin tierras y las desempleadas de las zonas urbanas más pobres, quienes día a día conviven con este terrible mal resistiendo a la inflación y a la falta de oportunidades por parte del gobierno.
Lo peor de todo es que en la actualidad el mundo produce alimentos suficientes como para dar comer a todos los habitantes del planeta, es decir, que desgraciadamente el problema radica en la mala distribución de las riquezas ya que los países desarrollados y las grandes concentraciones de capitales no proporcionan ayuda a los que menos tienen, quizás por el sólo hecho de no saber que todos los días miles de niños mueren de hambre.
Este flagelo causa más muertes que el Sida o que la tuberculosis, es por eso que se debe encontrar lo antes posible una solución, ya que los niños que hoy sufren hambre son –en buena medida- el futuro de nuestro país y por lo tanto es necesario que se invierta para lograr el día de mañana una nación prospera.
Quienes llevan la peor parte son aquellas familias agricultoras sin tierras y las desempleadas de las zonas urbanas más pobres, quienes día a día conviven con este terrible mal resistiendo a la inflación y a la falta de oportunidades por parte del gobierno.
Lo peor de todo es que en la actualidad el mundo produce alimentos suficientes como para dar comer a todos los habitantes del planeta, es decir, que desgraciadamente el problema radica en la mala distribución de las riquezas ya que los países desarrollados y las grandes concentraciones de capitales no proporcionan ayuda a los que menos tienen, quizás por el sólo hecho de no saber que todos los días miles de niños mueren de hambre.
Este flagelo causa más muertes que el Sida o que la tuberculosis, es por eso que se debe encontrar lo antes posible una solución, ya que los niños que hoy sufren hambre son –en buena medida- el futuro de nuestro país y por lo tanto es necesario que se invierta para lograr el día de mañana una nación prospera.
Redactora: Anabella Ruiz
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