miércoles, 23 de julio de 2008

VICIOS JÓVENES

Sábado a la noche, una gran cantidad de jóvenes y adolescentes se reúnen en lugares donde realizan las famosas “previas”: antes de asistir a algún boliche, esta parte de la sociedad se encuentra en la casa de algún amigo, en estaciones de servicio, en bares y hasta en las plazas, para consumir algún tipo de bebida alcohólica, para fumar (en ciertos casos, no sólo tabaco), para hablar y para pasar un buen rato. Para ellos, un simple momento entre amigos; para los adultos, preferentemente padres, una preocupación por las consecuencias que trae ese tipo de consumo, como la inseguridad a la que están expuestos.
Cada uno se encuentra con su grupo de pertenencia y lo saluda a su manera. En el lugar, un bar céntrico, la gran mayoría ya está consumiendo bebidas y algunos de ellos se encuentra con un cigarrillo en la mano –al igual que sucede en el mundo adulto, entre jóvenes y adolescente no todos fuman ni beben alcohol–.
Esta situación se hace cada vez más visible debido a que quienes comienzan con estos vicios son jóvenes más chicos –13 años, apróximadamente– por influencia de hermanos, vecinos o amigos mayores, quienes no son concientes del daño que están causando en estos adolescentes que recién comienzan a conocer lo que es el mundo en realidad.
Ningún joven o adolescente mide las consecuencias que puede tener experimentar esto, ni siquiera escuchan lo que sus padres o mayores les aconsejan hasta que algo “serio” le sucede a uno de ellos o a algún amigo o conocido.
El mundo de la mayoría de los jóvenes y adolescentes es el mundo de la diversión, sin importar el costo que éste pueda tener. Viven la “vida loca”, “al límite”, como si cada momento fuera el último. No sólo los varones son quienes pagan estas “salidas”, sino que, hoy, también las mujeres lo hacen, en muchos casos ellas son las más perjudicadas.
Las consecuencias que traen estos vicios pueden ser insignificantes –la pérdida de una llave– o graves –un accidente automovilístico–. Además, pueden producirse ser víctimas de robos, peleas callejeras, enfermedades por sobredosis o de transmisión sexual, entre otras, y/ o terminar con un embarazo no deseado, SIDA, muerte.
Los padres son los primeros responsables que deben concientizar a sus hijos sobre estos riesgos, pero todas las personas adultas son las encargadas de cuidar a los jóvenes y adolescentes y cumplir con las normas vigentes. Quienes trabajan en boliches y kioscos, venden cigarrillos o bebidas alcohólicas a menores de 18 años, sabiendo que en la Provincia del Chaco existe el Código de Faltas, que en su artículo 72 se refiere a la venta de bebidas alcohólicas a menores y establece una sanción a quien expenda o permita el consumo de dichas bebidas a menores, y la misma sanción al responsable legal del menor en caso de que este se encuentre en estado de ebriedad, siempre que su tutor sea responsable de dicha actitud. Además, existe la Ley Nacional de Lucha contra el Alcoholismo (Ley 24788) en la que se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años; igualmente, la Ley Nacional Nº 3515, la Ley Provincial Nº 5544 y la Ordenanza Municipal Nº 5126 que prohíben fumar en lugares públicos.
Sin embargo, la idea no es prohibir que los menores se reúnan entre amigos a realizar sus actividades, sino que hay que enseñarles y hacerlos concientes de todas las consecuencias que el alcohol, las droga, el cigarrillo o cualquier adicción pueden producirles.
Escrito por: Cecilia Gonzalez

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