miércoles, 17 de septiembre de 2008

SAN LORENZO. UN PUEBLO… UNA PROPUESTAS

Cuando uno quiere escaparse de la ciudad, tomarse un descanso de toda situación agobiante y visitar lugares en los que encontremos tranquilidad mental y física, pero sin quitarnos mucho tiempo y dinero, se pregunta: ¿Dónde puede ser?

En un viaje de aproximadamente una hora y media y a 83 Km. de Corrientes Capital, probablemente haya una respuesta: San Lorenzo; un lugar poco conocido y olvidado por muchos que no guarda rencor, que perdona y muestra lo mejor de sí a través de su gente, sus historias y su paisaje natural.

Llegamos a un pueblo en el que predomina el campo, con un clima donde el sol y el viento son insistentes la mayor parte del año, haciendo que en verano sus habitantes puedan disfrutar de una brisa fresca y en invierno de un tibio calorcito, se encuentra un cartel que brinda la bienvenida al lugar.

Fue bautizado con el nombre “San Lorenzo” por su santo patrono, aquel por el que cada 10 de agosto sus cerca de 3.000 habitantes se reúnen en la iglesia y pequeña plaza central para venerarlo. Eva, una de sus habitantes, comenta: “San Lorenzo es poderoso, él siempre cumple con nuestras peticiones, pero nosotros también cumplimos con nuestras promesas (…), acá todos creemos en él y hasta gente de afuera, incluso de otros países lo vienen a venerar”.

Más allá de una iglesia y una plaza, a los lugareños cuentan con una estación de policía, un cementerio, una municipalidad, una escuela primaria muy antigua pero que todavía sigue en pie, una escuela secundaria recientemente terminada de construir para alegría de todos e incluso una pequeña fábrica de ladrillos ubicada detrás del cementerio.

Esta fábrica produce cerca de 20.000 ladrillos por mes que se distribuyen por todo el pueblo y resto de Corrientes. En cuanto a sus empleados, son todos habitantes del lugar; y en cuanto a la gente que no consigue trabajo en la industria busca ocupaciones en otros lugares de la provincia. Igualmente, no se puede dudar de que siempre que haya agricultura y ganadería existen pocas posibilidades de que pueda faltar comida, pero lo extraordinario es que la gente del campo no se conforma y buscan trabajo para darse lujos en cuanto a lo que más se necesita.

En lo referente a sus viviendas, están aquellas que poseen la misma edad que el pueblo - hechas de barro y ladrillos-, otras descuidadas por la marca que deja el correr de los años o simplemente abandonadas y algunas relucientes y cuidadas en cada mínimo detalle, parecida a las nuevas hechas con los ladrillos provenientes de la fábrica que son entregadas por el gobierno.

Este pueblo es una gran propuesta para pasar buenos momentos y encontrarse con uno mismo… No se pierde nada con intentarlo.

Reportaje escrito por: Marlene Prado Lima

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